jueves, 15 de noviembre de 2007

De la cárcel a la cancha

El pívot estadounidense Lonny Baxter, quien el jueves hará su primer entrenamiento con el DKV Joventut, ha asegurado haberse ejercitado por su cuenta durante su estancia en prisión, donde ha cumplido una condena de sesenta días por posesión de armas de fuego.

Una enfermiza obsesión por las armas. Sólo así se justifica el rosario de incidentes que perturban a Lonny Baxter. El pívot, de 28 años y 2,03 metros, estaba predestinado a hacer carrera en la NBA, pero deberá buscar una última oportunidad para reivindicarse como persona y como jugador en el DKV Joventut. En Badalona han decidido mantener su confianza en un tipo que satisfizo las expectativas durante los pocos días que estuvo en la pretemporada. Reclamado por la justicia de su país, regresó de inmediato a Estados Unidos. Fue juzgado y condenado a dos meses de prisión por envío ilegal de armas. Ya el año pasado, cuando jugaba en el Montepaschi de Siena, italiano, cumplió otra sentencia de dos meses por haber disparado en las inmediaciones de la Casa Blanca.

¿Cómo se explica semejante conducta si muchos de los que le conocen cuentan que su comportamiento es absolutamente normal? Algunos ex compañeros, como Juan Dixon, ahora en los Raptors de Toronto y campeón junto a Baxter de la NCAA de 2002 con la universidad de Maryland, le hicieron llegar al juez las buenas referencias sobre el inculpado. Su ex entrenador en Maryland, Gary Williams, también dio la cara por él. "Es un chico trabajador, que se esforzó en sacarse el título universitario", dijo durante el juicio. Precisamente, Baxter se graduó en criminología.

Los antecedentes pesaron en la segunda condena, que acaba de cumplir. En 2004 ya estuvo envuelto en lo que concluyó como un disparo involuntario desde su apartamento que impactó contra la ventana de un vecino. En 2006, a pocas manzanas de la Casa Blanca, disparó varias veces al aire con su pistola. Pocos meses después fue acusado de enviar dos paquetes de Houston a Maryland y de haber utilizado a hombres de paja para comprar las armas en cuestión: una Beretta 9 mm., una Mossberg 12, dos pistolas Glock, una pistola Para Ordnance y un rifle Bushmaster. "Todo fue un error que nada tiene que ver con mi manera de ser", comentó Baxter el pasado agosto cuando llegó a Badalona por primera vez. "He aprendido de los errores y no volveré a encontrarme otra vez frente a situaciones similares".

De su categoría como jugador no parece haber dudas. A algunos en Badalona les recuerda al magnífico jugador del Barcelona Marcellus Starks, un estupendo reboteador, inteligente y con capacidad anotadora. Elegido en el número 44 del draft de 2002 por los Bulls de Chicago, Baxter se convirtió en un nómada de la NBA: Raptors, Bobcats, Rockets, Wizards, Hornets y los Hawks, antes de irse a Europa, donde ganó la Liga y la Copa con el Panathinaikos y, tras un breve regreso a la NBA, la Liga italiana la pasada temporada con el Montepaschi Siena. Pero el caché del jugador ha disminuido de manera considerable en paralelo con sus problemas con la justicia.

Baxter, a su llegada ayer a Badalona, confirmó que en su estancia en prisión ha seguido las directrices del club para que siguiera un plan físico en el gimnasio y que ha visitado la cancha de baloncesto del penal. De todas formas, no es seguro que debute ya en el próximo compromiso del DKV Joventut, el sábado en la pista del MMT Estudiantes. "Estoy enormemente contento de volver a Badalona y agradecido al DKV Joventut, que ha confiado en mí y esperado mi vuelta", comentó, con una sonrisa, días después de haber recuperado la libertad; "ahora sólo pienso en el trabajo".

Fuente: ELPAÍS.com

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