Escribí el lunes que el concurso de mates de este fin de semana ganado por Dwight Howard había recordado la espectacularidad de otras épocas. Desde el de 2000 en el que se impuso Vince Carter no se veía una actuación tan completa. Pero habría que retroceder unos años más, hasta 1988, para llegar al que posiblemente haya sido el mejor concurso de mates de la historia, el duelo que protagonizaron Michael Jordan y Dominique Wilkins en Chicago. Llegaban a la cita con un título para cada uno, Wilkins había ganado en 1985 y Jordan en 1987, y se preveía un gran espectáculo, pero las expectativas se quedaron cortas.
Sólo podía ganar uno, pero merecieron ganar los dos. El último mate de Jordan, el que le daría el título, legendario.
Hace 11 años
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