martes, 5 de febrero de 2008

La Superbowl se llama Manning

La gran fiesta del fútbol americano, la Superbowl, el espectáculo deportivo que paraliza cada año Estados Unidos, sienta a millones de espectadores frente al televisor y mueve miles de millones de dólares, tiene este año un nombre: Eli Manning, quarterback de los Giants de Nueva York, hijo y hermano de jugadores y que el domingo fue decisivo en el inesperado triunfo (17-14) de su equipo sobre los superfavoritos, los Patriots de Nueva Inglaterra, que llegaban a la gran final sin una sola derrota.

Faltaba poco más de un minuto para terminar el partido. Los Giants iban por detrás en el marcador y el pequeño de los Manning se mostraba apurado a 60 yardas (54 metros) de la línea de ensayo. Entre agarrones, logró sacarse a dos defensores de encima y hacerse un hueco para lanzar un pase de 36 metros que Tyree atrapó de forma casi milagrosa. Quedaban 39 segundos, suficientes para dar la vuelta al partido y a la historia, que decía que los Patriots de Tom Brady no tenían rival.

A sus 26 años, Eli Manning parece seguir todos los pasos de su triunfador hermano Peyton. Fue elegido jugador más valioso de la final, disputada en Glendale (Arizona), como el año anterior lo había sido Peyton, también quarterback y ganador de la Superbowl con los Colts de Indianápolis. Eli fue número uno del draft de la NFL en 2004; Peyton, en 1998. Físicamente, son casi gemelos aunque les separan cinco años. Su padre también fue jugador profesional y vive en Nueva Orleans, donde nacieron sus hijos.

La actuación de Eli y la defensa de los Giants, que no dejó respirar a Brady -cinco veces se fue al suelo tras un placaje-, frenaron en seco la racha de los Patriots, que con 18 victorias y una derrota se quedan a un paso del récord de Miami Dolphins, invictos en 1972. Un revés el de éstos más doloroso por la rivalidad de las dos grandes ciudades de la costa Este.

Fuente: ELPAÍS.com

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