martes, 20 de noviembre de 2007

Bien jugado, 'Ferru'

El número uno del mundo Roger Federer no tuvo piedad con David Ferrer en la final de la Masters Cup. Aún así 2007 ha sido el año de la consagración del tenista alicantino. Ferrer acaba la temporada como quinta raqueta del mundo y en Shanghai ha dejado patente que aspira a todo.

David Ferrer (Jávea, 1982) ha logrado en 2007 tres títulos ATP (el último hace poco más de un mes, en octubre -Tokio-, precisamente ante Richard Gasquet, el hombre al que barrió para franquearse el paso a las semifinales de la Masters Cup), aunque fue su actuación en el US Open (semifinalista tras eliminar a Rafa Nadal y David Nalbandian entre otros) la que le catapultó a la élite. Ahí, en lo más alto, pelea de tú a tú con los mejores, haciendo honor al apodo que, hace años, le puso un entrenador: 'Ferru', un apelativo que remite a la dureza que Ferrer transmite en la pista.

David Ferrer siempre lo tuvo claro: lo suyo era el tenis. Lo jugaba su padre, lo jugaba su hermano mayor y a ello se puso él con tan sólo ocho añitos. Al principio, como infantil y alevín, sólo hacía ruido en la Comunidad Valenciana, pero un Campeonato de España Sub-15 le valió una beca de la Federación Catalana. Allí, además de ganar dos títulos mundiales cadetes por equipos (1997 y 1998, compartiendo equipo, entre otros, con Tommy Robredo, que le ha acompañado a Shanghai como primer reserva), David, que también es futbolero, le cogió un cariño confesable al Barça, aunque la tierra y el Valencia también tiran. Pese a todo, Ferrer no tiene dudas: para él, Roger Federer es "como Zidane, porque hace fácil lo imposible". Zidane, no Ronaldinho o Messi. Curioso.

En aquella época, pudo ocurrir lo que hoy, sin duda, consideraríamos una tragedia. David estuvo a punto de dejar el tenis. Competía con jóvenes mayores que él, las victorias no llegaban y despuntó la lógica frustración. Su hermano, que llegó a ser campeón de España, lo recondujo al buen camino; él ya había pasado antes por lo mismo. David volvió a Valencia y empezó a trabajar con el que aún hoy es su entrenador, Javier Piles. En 2000 se convertía en profesional. La vuelta a sus orígenes relanzó su carrera; de hecho, a David le gusta que sus amigos de la infancia de Jávea le acompañen a los torneos cuando es posible.

El resto es bien conocido. Tras apuntarse los primeros 'challengers' en el ámbito del profesionalismo, en 2002 llegó el primer título, Bucarest. Mientras el 'fenómeno Nadal' hacía explosión, David iba escalando poco a poco, madurando, enriqueciendo su juego. En 2005, su amigo Rafa le echó de Roland Garros en cuartos de final, una derrota que el alicantino le devolvió en el US Open 2007 y ha ratificado en esta Masters Cup. Porque éste ha sido su año. Tras ganar Stuttgart en 2006, este año han llegado tres títulos más (Auckland, Bastad y Tokio), que le han permitido consolidar el ránking (6º) que daba acceso a disputar el Torneo de Maestros.

Llegó a Shanghai, como siempre, sin hacer ruido (“no soy de pasarelas ni de pintar la mona”, dijo hace poco en una entrevista), pero en la pista del espectacular Qi Zhong se ha quitado la careta. "Puede ganar a cualquiera" ha dicho de él Rafa Nadal. Ahora sólo falta que 'Ferru', el tenista de hierro, también se lo crea. Parece que está en ello.

Fuente: MARCA.COM

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